

Dado que Boortmalt construyó la primera maltería en Etiopía, fue un desafío encontrar talento local con el conocimiento y las habilidades necesarias para trabajar en nuestra planta. Con la actual crisis de COVID y las restricciones de viaje, no pudimos enviar a nuestro nuevo equipo etíope a entrenar a nuestras malterías europeas. Por lo tanto, decidimos enviar un equipo de capacitadores a Etiopía para compartir conocimientos y capacitación con el equipo local.
Esto incluyó cinco capacitadores internos de diferentes departamentos y con experiencia en diferentes áreas, como trabajo de laboratorio, mantenimiento, producción y calidad. Organizamos un programa de capacitación de dos días para los capacitadores, para mejorar sus habilidades de enseñanza y mejorar su conciencia cultural, y desarrollamos un programa de inducción de cinco días. Este programa constaba de cursos teóricos relacionados con el proceso de malteado y una serie de ejercicios de formación de equipos para fomentar el espíritu de equipo y facilitar la comunicación entre los alumnos y los formadores.